Soledad como un ramo de muerte para un novio,
como un altar de invierno donde invoco la vida,
como un tren al suicidio irremediable.
Por dónde entrarás hoy, por dónde llegarás,
quien te podrá indicar por qué camino
si hasta mi patria
hay pueblos todavía sin lenguaje.
Yo sé que alguna noche viniste con tus perros
y dejaste las huellas en la nieve
y un perfume a nostalgia como tiene la higuera
y una perla caída de tus brazos de diosa.
Por dónde llegarás, hacia qué hora,
hoy te debo una rosa más que nunca;
te esperaré despierto con la luz encendida.
Para escuchar: