domingo, 26 de febrero de 2012

Si fuéramos chiquillos

Si fuéramos chiquillos
te preguntaría
por qué letra empieza tu tristeza.


   

(C) Aurelio González Ovies
La hora de las gaviotas
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI

martes, 21 de febrero de 2012

Los panes y los peces


Algo tenían sus manos
como de brote o pozo:
y aunque faltara el agua,
nos mojaban la sed.
Y aunque el sol no saliera,
tocarla, iluminaba.
Y aunque hubiera muy poco
y los días muy duros
y los meses muy largos
y nuestras bocas todas,
se restaba a sí misma
-tuvo que ser así-,
con tal de que a nosotros
-ilusiones y fruta, sueños y ropa nueva-
se nos multiplicaran.


jueves, 9 de febrero de 2012

Los labradores cantan con voz de vino dulce

Los labradores cantan con voz de vino dulce
algo muy parecido a nuestra infancia.
La grana de la ausencia empieza a desbordarse
                                                        sobre el muro
de estas largas tardes de cal viva.
Jamás podrán los hombres arrancarse su sangre
ni romper el espacio de las primeras manos
ni detener los barcos que parten con el tiempo.
Los labradores cantan y oscurece otro día
por detrás de los árboles.


martes, 7 de febrero de 2012

Qué de la belleza


QUÉ de la belleza
si nos vendan los ojos.

Se mantendrían en pie

poemas coloniales y sus palmeras
de ímpetu.

Apreciaría el espacio
que ya no vemos
nada,
que ya no amamos
nada.

Palparíamos entonces la salud y el amor
en primer plano.

Reflectaría el día en la tez
de la noche.

Opacaría la noche las vidrieras
del día.


Merecería la pena la cerrazón
del círculo,
la perfección de un labio,
la duración incierta
del presente.


Cómo no adivinar materia

luz
naufragio
semillas
animales
transparencia

cantautores
metales
eremitas

donde un prendedor

de aire
sostiene las cenizas de Valente,
Valente, sí,
Valente,
por más que sea ceniza.

Quién espolvorearía
la púrpura
en las escamas de los peces.

Qué Serrat más cobalto
que el de Mediterráneo.

Qué estrofas más doradas entre las amapolas
de los campos de Claudio,
aquel
silo
de voz
que
se
alzaba
en
Zamora
desde toda Castilla.

Quién sobrellevaría no haber tenido
nunca
un reino entre las manos,
la vida ante los ojos,
la vida sobre un fruto,
el mundo en un deseo.

Y una víspera Hernández,
con él,
allí, en su celda, para escuchar sus ojos
llorar tarareando las nanas

de cebolla.


Y un verso, un verso
sólo
que justifique
solo
toda la existencia.

Y una palabra,
una palabra
sola

que merezca
la vida,

la vida
entera.

Lo juro.

Tocata y fuga
en mi voz.

Principios de primavera.

(C) Aurelio González Ovies
Tocata y fuga
Voz
María García Esperón
Música: L. Einaudi: Alexandria
Imágenes: Tardes de cal viva, Google
MMX

miércoles, 1 de febrero de 2012

Primera Luz



Canta el mirlo.
Rememoro la paz de un tiempo muy antiguo.
Se desborda la luz. Acaba marzo
y abre la vida
          de par en par

todos sus pétalos.