sábado, 31 de marzo de 2012

Y entonces se limpiaba las lágrimas


Y entonces se limpiaba las lágrimas
con los puños de su camisa.
Hablaba de los barcos,
de baúles cargados, de las tormentas
de su casa de América con palmeras
y aljibes y potos gigantísimos;
recordaba a las indias con sus pies de coral
y se callaba -quizás un nombre propio, muy moreno-
y se quedaba absorto, observando las nubes,
y lloraba en silencio
por que el recuerdo estaba vivo,
en el hombre sin nada, sin nadie,
sin sí mismo.
Nos admiraba su sabiduría en las tardes vacías
del domingo,
nos intrigaban su voz, sus lentes, sus manos como
nudos,
su tanta vejez achiquillada.

Siempre hay en nuestro origen algún sabio
que muere por no decepcionarnos.

                                      (A José, in memoriam)


(C) Aurelio González Ovies
Voz
María García Esperón
Música
Heitor Villa-lobos
MMX

miércoles, 21 de marzo de 2012

Solamente una tarde...


Vengo del Norte
XVI

Fue dura la verdad como un arado
Pablo Neruda

SOLAMENTE una tarde soñaremos sin rumbo,
aunque soñar es fácil desde vuestra ternura.
Yo también quise ser y alcanzar tantas cosas
como vosotros mismos,
pero al final me tumbo a la sombra del hombre,
a la engañosa sombra de la vida.

Vengo del Norte
y canto la nostalgia de un verano que acaba,
de un pañuelo que dice adiós al horizonte,
de unos ojos que lloran cuando parten los barcos.
Por mi casa pasaban, al rayar la mañana,
pescadores morenos como la idolatría,
hombres con más salitre que el egoísmo del océano.

Soy recuerdo y soy faro
y soy costa que espera vuestros ágiles remos,
vuestro asomo de muelle, vuestra mirada libre.

Aquí merendaremos como en los viejos tiempos,
recordando las hembras que conocimos lejos
y perdieron su fe por el amor de un día.
Beberemos hasta que no sepamos la causa de la noche,
hasta que nos apene nuestro ser miserable
y escupamos el miedo que llevamos a cuestas.

Es muy fácil soñar lo que nunca seremos,
lo que, a pesar de todo, hemos perdido.
Pero es corto el camino, duro como el arado.

(C) Aurelio González Ovies
Vengo del Norte
Voz: María García Esperón
Música: Kitaro
MMXI

miércoles, 14 de marzo de 2012

Morir sin medida


A Chusa, por su ser.
De qué nos sirve  entonces
la memoria
si no tenemos fe ni percibimos
que hay algo por encima
de nosotros
que nos lleva a soñar
lo inalcanzable.
Otra edad llegará
que nos despierte
y nos haga llorar
sobre el vacío,
nos asome a su invierno
y a sus noches
de estrellas más lejanas
que el recuerdo.
De qué me vale entonces
esta voz
que nombra a veces
cosas tan queridas
y ahoga a veces
tragos tan amargos.
De qué tanta pasión
por habitar mi ser,
encontrar el silencio,
compartir ese eterno
momento en que la mar
parece que nos habla.
De qué sino para esperar
que en todo hay esperanza.