miércoles, 25 de abril de 2012

Pasa el tiempo


Pasa el tiempo
y es todo irremediable.
A un paso de nosotros
hay un donde sin suelo,
una lluvia enfermiza
que divide la tarde
en dos días diferentes,
un naufragio de rosas,
una tierra cubierta de silbidos
como un invierno.
Pasa, y tú cada vez a menos,
lo siento en el abrazo
que tiene las bisagras descontentas,
en la mirada gris
con que coses mi ropa.
Lo siento en tus paredes desconchadas,
en los retratos:
porque sonríes lejos,
porque arrugas las fechas en tu carne,
porque te pasa un río de sombras
cuerpo abajo, vida abajo.
Es todo irremediable, aunque te quiero.

(C) Aurelio González Ovies
En presente
Voz: María García Esperón
Música: Kitaro
MMXI

lunes, 23 de abril de 2012

Gracias, libros

Gracias, libros: he tenido en mis manos hasta lo inalcanzable, lo que soñé a menudo, lo que la luz no ofrece ni la sombra te acerca. He pasado las páginas de lo que me dejó o perdí en el camino. He anotado los símbolos que nunca dije a nadie, he glosado las líneas que no compartiría jamás de los jamases. He pisado las calles fangosas de Macondo, he tocado a la Eneida, creyéndola mujer, he estado muchas noches a la épica sombra de la esperanza lóbrega de la firme Penélope. Gracias, libros, por las revelaciones y por las contingencias.           

Por mis dedos cruzaron las golondrinas lóbregas que no han de regresar, las aguas de los ríos que van a dar al mar, inexorablemente; el canto de los pájaros que añoraba ya en vida, en su Moguer del alma, allá en el huerto claro, junto aquel pozo blanco, el autor de Platero; las aspas y gigantes del molino que muele la espiga de utopías. Sin vosotros yo nunca sería este humano breve que me siento.

¿Dónde existe más mundo, dentro o fuera de vosotros? ¿A lomos del día a día, lema y limo, o en lo que, desleídos, os leemos? ¿Qué es más verdad, la vida engañadora o las veraces sílabas que conforman los versos, las fábulas, las hermosas mentiras de vuestros mudos párrafos? ¿En qué lugar más humo, menos ascuas, en las favilas longevas de los plisados pliegos o en la instantánea chispa de esta existencia que casi no encendemos?

Libros, por encima de todo, gracias. Gracias por tanta tinta muerta, por tanta vida en tinta. Gracias por vuestros sentimientos y la carnegrafía. Sin conocer apenas, así es de superficial el hombre de la tierra, he conocido a fondo la claridad de Ítaca, los vinos sabrosísimos del suelo del Vesubio, el viento de Orihuela, la soledad de Gloria, los campos de Castilla. Y en algunas estrofas, acaso quedará el nombre de mi madre, grana bendita. (La Voz de Asturias, 25-04-09).

miércoles, 18 de abril de 2012

Lejos de nosotros


Lejos de nosotros hablarán de ti
tras los días grises.
Hablarán, mientras caiga la lluvia,
de tus ojos dibujados en griego,
de nuestra vida juntos al norte del pecado,
de tu cintura blanda como un banco de niebla.
Leerán el poema que siempre quise hacerte
y te sospecharán al modo de las diosas
de piel tostada que existieron
en las afueras de la tierra.
Lejos de nosotros, cuando la lluvia caiga
en nuestros nombres, sabrán que hemos estado.

jueves, 12 de abril de 2012

Amárrate el pañuelo como en los días pasados



Amárrate el pañuelo como en los días pasados,
para que nadie ignore nuestro origen
y canta la corriente del río hasta que el sol
se oculte.
Somos los campesinos de la aurora,
los habitantes del poblado que da forma a la lluvia,
los dueños del aliento de la leche
y la frescura femenina de los cántaros.

Es tiempo de sembrar la voz que falta,
es tiempo de enterrar el hambre para siempre,
es tiempo de cocer el barro que nos hunde
en la memoria.
Ella podrá deciros los secretos del fuego
y la blanda leyenda del adobe.

Ella viene conmigo como la azul puntualidad
de las mareas
y romperá en espuma tan pronto como el beso.

Vengo del Norte,
de los brazos comidos de una generación enferma
como la misma muerte,
de las canteras del olvido,
de la simétrica antigüedad de los helechos.
Pero llego al fin,
con la esperanza tierna que apetece en los panes,
con el sabor a tierra que define los cuerpos,
con el escalofrío de la sangre.
Vuestras bocas reventadas
nunca más añorarán la gratitud del agua
ni el refrescante rumor de los cerezos.
Yo también sé cómo gritan las hembras
cuando paren criaturas malditas.
Llorad ahora. Ahora. Nunca os abandonaré,
nunca veréis a esos seres queridos
comidos por las moscas,
nunca estaréis tan solos como el suicidio.
Nunca. Mi palabra es promesa.

Vengo del Norte;
parece que fue ayer cuando caía el sol
en la cal de mi ausencia.

domingo, 8 de abril de 2012

Esparce mis cenizas

Esparce mis cenizas
frente al mar de mi casa
a esa hora en que el recuerdo
puede ser la gaviota sobrevolando frágil.

 


(C) Aurelio González Ovies
La hora de las gaviotas
Voz. María García Esperón
Música: Eleni Karaindrou
MMXI

miércoles, 4 de abril de 2012

Territorios de opio


Poseo el veneno sabroso de la soledad,
sus amargos tragos y ese remordimiento de haber dejado
en el camino algunos nombres.
Tengo en las manos la herida de una palabra mal escrita,
la sangre de un velero que se diluye en la memoria,
la locura de un abril sobre las rosas.
Nombro una droga prohibida como la dulzura de esa muerte
que llega hasta nosotros con el pelo mojado
y nos enamora un poco de lalluvia.
Nombro esa soledad que nos hace el amor como los frutos
y se deja caer, tan vegetal, como una rama.