Fue dura la verdad como un arado.
Pablo Neruda
Pablo Neruda
SOLAMENTE una tarde soñaremos sin rumbo,
aunque soñar es fácil desde vuestra ternura.
Yo también quise ser y alcanzar tantas cosas
como vosotros mismos,
pero al final me tumbo a la sombra del hombre,
a la engañosa sombra de la vida.
Vengo del Norte
y canto la nostalgia de un verano que acaba,
de un pañuelo que dice adiós al horizonte,
de unos ojos que lloran cuando parten los barcos.
Por mi casa pasaban, al rayar la mañana,
pescadores morenos como la idolatría,
hombres con más salitre que el egoísmo del océano.
Soy recuerdo y soy faro
y soy costa que espera vuestros ágiles remos,
vuestro asomo de muelle, vuestra mirada libre.
Aquí merendaremos como en los viejos tiempos,
recordando las hembras que conocimos lejos
y perdieron su fe por el amor de un día.
Beberemos hasta que no sepamos la causa de la noche,
hasta que nos apene nuestro ser miserable
y escupamos el miedo que llevamos a cuestas.
Es muy fácil soñar lo que nunca seremos,
lo que, a pesar de todo, hemos perdido.
Pero es corto el camino, duro como el arado.
© Aurelio González Ovies
Accésit Premio Adonáis de Poesía en 1992.