domingo, 14 de octubre de 2012

Usted seguro que ha sentido vergüenza alguna vez


Usted seguro que ha sentido vergüenza alguna vez
 al decir que en su cuarto caía una gotera
 o que su pobre madre le hacía el bocadillo
 siempre de natas con azúcar
                                -son cosas de la vida-
. Confieso que en mi casa el olor a humedad
 era casi entrañable
 y todos los domingos se comían garbanzos,
 salvo en alguna fecha señalada.
 Que lloré muchas veces por no querer llevar
 los jerseys con coderas
 o no tener un lápiz con enanito arriba.
 Confieso que la ropa nos la daban los primos
 que ahora son albañiles
 y que nuestra familia se rompió por la herencia
 de unos metros cuadrados de baldosas con taras
                                 -son cosas de la vida-.
 Que, a escondidas de todos y hasta los siete años,
 tuve el chupete debajo de la almohada.
 Confieso que los míos son personas sencillas:
 usted sospecha que hablo de un padre que no sabe
 lavarse bien los dientes,
 de una mujer que escribe con mala ortografía,
 de unos hermanos fieles como la misma sangre
 y una casa que huele, cada vez que entro en ella,
 a las húmedas manos de la melancolía.

 Confieso que he nacido donde hubiera elegido
 por encima de todo
                                   cada vez que naciera.